miércoles, 2 de junio de 2010

Una "FORTuna" es NO conocerte

Me había negado a escribir sobre él, me había propuesto a comentar de este personaje en casa, con mi esposo, tal vez mostrándole a mi hijo esa suerte de dibujo animado hecho humano tipo copia de Johnny Bravo luego de la quemazón y lo que NO debe ser alguien en la vida, mas evité a toda costa hablar de él y venía airosa…
Peeeeeeeeero…

Es que se hace inevitable si de alguna forma uno se siente con la responsabilidad de hablar, con conocimiento, sobre la realidad televisiva argentina. Y se hace inevitable porque el tipo, Ricardo Fort, si no está en el inodoro es porque no hay medidores de rating en el desagüe, porque sino el tipo estaría sacando una marca de papel sanitario donde un cuadrito sería dedicado a su mandíbula y otra a su cara, así si uno quisiera limpiarse bien bien pues tendría a juro que depender de toda su excesiva cara, como todo en él.

Al principio intenté ver el mundo desde sus ojos tan atrofiados por esa crianza tan terrible que él cuenta, por ese desdibujamiento de la realidad que nos hace el dinero en exceso y el afecto en defecto. Pensé, y sigo pensando, que es un niño grande, con lástima incluso, con pena por su tan artificial vida sumada a punta de dólares, hasta con un sentido maternal pensé “pobre chico, cuánta falta le hace un afecto de verdad y un par de buenas nalgadas, pero no es malo, tampoco es malo”… y continuando en la necesidad de buscar algo bueno en todo también he pensado que está fabuloso eso de ir siendo claro en la vida, de plantarse y no aminorarse ante tanto personajillo nefasto de televisión que hay taaantos y tan variopintos que mientras más los veo más me indigna que nadie pueda ponerse los puntos claros en el medio. Pero este tipo parecía poder hacerlo y plantarse bien y hacer que otros se callaran de una vez por todas en su mediocridad y ser humillados como humillan a diario nuestro sentido de inteligencia poniendo su cara patética en TV por todos lados por acostarse con la persona indicada o por hacer el ridículo de la forma más indigna. Va, eso es otro tema. La cosa es que llegó esta suerte de salvador nuestro de Zulmas Lobatos varias y Ricardos Garcías varios. La pregunta es ¿quién nos salva ahora de este tipejo? Él pudo callar a un montón ¿quién será que lo va a callar a él?

Tal vez porque yo no tengo intereses dentro de la televisión, tal vez porque aún no soy periodista, tal vez porque nadie me ha enseñado esa suerte de código patético donde ante el poder y el rating hay que callarse y calarse al más imbécil cuando pega cuatro gritos y muestra su colección de relojes, tipitas tristes y arrastradas, pendejitos de dudosa identificación sexual (dudosa no por reprobable sino por ambigua) y guardaespaldas innecesarios (sí, cosechas odios y tienes plata mijo, pero créeme que más personas de las que piensas te tienen suficiente asco como para ni querer tocarte que las que crees que quieren perder su tiempo en hacerte algún daño). Tal vez por todo eso yo me pienso miles de respuestas para poner en su sitio a este tipo y con dos deditos de frente nomás, que él no tiene ni medio.

¿Ejemplos?

1.- Bailarín de Paddy Jones: “Puedes decirme que no te gusté lo que hice pero lo que he bailado es salsa (…) hace catorce años que doy clases y ésta no es la salsa de Cuba pero es salsa”

Fort y su respuesta absurda: “yo tengo 40 años y he vivido en Miami y he visto mucho baile y esto no es salsa” ¿¡!?

Mi respuesta hipotética: “tienes 40 años desperdiciados de los cuales algunitos fueron en Miami (y la mitad la perdiste en quirófanos) donde hay tanta mezcla cultural que lo que viste seguro no es salsa tampoco. Cuando vivas en Cuba, Puerto Rico, Colombia, Venezuela o cualquier país del Caribe hablamos de la verdadera salsa que, a juzgar por lo que he visto TAMPOCO sabes que es”

2.- Virginia Gallardo: “Yo preferí abrirme porque todos los días se enamora de una distinta” (ahorrémonos el chiste obvio)

Fort y su respuesta absurda: “¿Ven? Ella nunca me ha querido”

Mi respuesta hipotética: “Claro que nunca te he querido, lo sabe todo el mundo, lo que no saben son los detalles, o te callas o los cuento y hazme el favor y me pagas completo”

Y se me ocurren miles más, pero me busqué los más light ya que el problema de este tipo es que últimamente no solamente me parece un niño malcriado y “malaprendido” sino, definitivamente una mala persona, muy, muy mala persona. No, no tiraré la primera piedra y diré que no me alivia cuando alguien que me ha dañado sufre un poco de su propia medicina, que no me entra un respirito cuando me siento “en el pórtico de mi casa a ver el cadáver de mi enemigo pasar” pero es que yo entiendo que eso es una metáfora, incluso hasta pacífica, para que uno entienda que cuando alguien te ha hecho algún mal verás que debes seguir adelante y la vida sola se encarga de darte el “gusto” de ver cómo lo paga de alguna u otra forma. No se trata de perseguir, acosar, presionar y hostigar de tal forma a una persona hasta llevarla a las situaciones más límites que el estrés y el estado emocional pueden soportar.

Es muy irresponsable culpar a Ricardo por la muerte de nadie, pero sí puedo escupirle en la cara lo repulsivo que me resulta ver cómo se burla del fallecimiento de quien supo elegir alguna vez como su productor, solamente porque con él tuvo un desentendido, uno más de los miles que tiene este niño en su cabeza retorcida porque todos se equivocan menos él. No, no puedes salir el mismo día a decir que es el mejor de tu vida, hay familia, amigos y personas que, como yo, sabemos qué tan importante es la salud emocional, que nos resulta innombrable esa actitud tan baja, tan vil; no se trata de simple soberbia, se trata de ser, con todas sus letras, un hijo de perra. A ver, este ser de poca monta y mucha plata no puede ni sabe entender que debe respetar a quienes saben más que él de alguna cosa (que al final resulta saber cualquiera más que él de cualquier cosa porque, aclaremos de una vez, este tipo lo que sabe es gastar plata MÁS NADA); pero no solamente eso, tampoco sabe el valor humano, él mismo y sus implantes tienen ya muy poco de eso. Sí, uno no puede ser facilista y decir “es culpa tuya” pero sí puede decirle al tipo que solamente un ser tan inhumano puede llevar a otro a tal nivel de angustia como para hacerle quebrar la estabilidad emocional; que solamente un tipo tan lastimoso puede creer que realmente es alguien al ver cómo sistemáticamente humilla a quien lo conozca y tenga la mala suerte de firmar algo, hasta una servilleta, con él.

Solamente he visto a una persona capaz de ponerlo en su sitio y es porque ante su sencillez y desinterés por la plata o por mantenerse en el medio (o el trabajo en el medio) el tipo simplemente no pudo hacer más que meterse la lengua agangrenada que tiene por donde (creo) aún no ha entrado un bisturí; es Fabio Eduardo Moli, conocido como la “Mole Moli” (el creativo de ese nombre se mató la neurona ¿no?) quien demostró que no hay que ser una lumbrera para frenar a este “tren” como él mismo se llamó en su egolatría exacerbada. Y es que como dicen en mi país “mapurite sabe a quién pea” y si algo “positivo” le queda a Fort es saber claramente el sentido de oportunidad, pero no para entrar sino para no perder protagonismo. En su afán de meterse con todo el mundo sin límites se encontró con una pared de tal indiferencia que, además, levantaba tanta simpatía que recogió rapidito la cuerda y prefirió mentir sus “disculpas” como lo ha hecho en alguna otra oportunidad.

Yo misma me pregunto a qué viene este desahogo: sencillo, uno se va saturando la garganta de tener tantas respuestas para humillar, acallar, zarandear a este tipo y ver que la gente que representa la “cultura” de este país no tenga, ninguna, la capacidad de decirle ni la mitad de lo que cualquier persona normal le diría, normal e inteligente, como deberían considerarnos a todos y más nosotros a quienes nos representen culturalmente.

Lo más triste de todo esto es que este tipejo, Ricardo Fort, es un producto de los medios y por tanto un producto de nosotros; veo viejas, niños, hombres y mujeres esperando para tomarse una foto con él y yo, que con su sola imagen me acuerdo de “Barbilla Roja” el de “Los Padrinos Mágicos” y si no me causa risa me causa repulsión, no puedo explicarme qué necesidad hay de querer retratarse con semejante estampa que, además, guarda semejante alma tan pobre y, repito, lastimosa.

Y para mí lo más triste es darme cuenta que si uno gasta tiempo y energía en este hombre tampoco hace nada productivo, es el primer artículo que escribo que no me complace para nada y siento que tampoco sirve de algo. En fin, mejor me quedo “aFORTunada” de no conocer personalmente a este tipo y pienso en la Utopía de que en algún momento éste, como otros, se terminará de fagocitar y nos complacerá con su ausencia. Ojalá se devuelva a ser lo que era en Miami, otro ordinario más que no hallaba en qué gastarse la plata, pero lejos.

AGM.

3 comentarios:

  1. Comprendo tu indignación pero, el rating lo da el público la gente como tú o como yo, lo mejor es ignorar a estos falsos ídolos, ya pasará su momento, y simplemente eso, no se le debe dar más importancia de la debida.

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  2. Adriana, comparto en un 100% todo lo que decis, es un articulo muy bueno y el fin de escribir sobre estas cosas es que un granito de arena suma...SIEMPRE SUMA !!!! Un beso
    Mariano

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  3. Fort es un caso que me lleva al pasado menemista de nuestro país, donde era algo común ir a Miami y brindar con champagne en medio de una picada. Fort es eso, un grasa con mucha plata, un tipo que si no fuera por el dinero familiar sería un barman de la zona sur del conurbano. No más, no tiene ni cabeza ni dotes artísticos para llegar a más. Pero tiene plata y eso lo colocó arriba, con ayuda de los medios y el rating que da. Hoy, hablando con mi chica, jejeje, concluí en una simpleza. Millones de moscas van a la mierda porque les gusta y punto.

    Excelente artículo, bien detallado, hasta respetuoso en las partes más duras del mismo. Un ejemplo de como debe escribirse sin volverse burdo y soberbio. Una muestra de periodismo.

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